Monday, June 19, 2006

Reflexión de cruda-realidad

LEIPZIG. ALEMANIA.
por:
Enrique Beas.
Ahí en la ola de los dragones que no duermen en los siglos.

Ahí en donde el "alle france" se apaga y cristaliza las esperanzas de una nación que festeja un título de hace 8 años.

Ahí en la segunda cuidad mundialista de la ex república oriental, hay una mezcla que me abre los ojos en los temas extra deportivos. Donde es más importante bailar salsa al estilo hip hop con alemanas, mover las caderas con las brasileñas, y un ballet raro con las coreanas; beber cerveza con italianos, franceses, turcos, chinos (estos dos últimos su equipo no esta jugando el Mundial), mexicanos, gringos y demás nacionalidades; que el propio deporte.

Al checar la cobertura de los medios de comunicación en México, sin poder escuchar los juegos con el típico "perro" Bermúdez, o con el ya afamado Martinolli; así como tampoco ver el análisis de Eto, Batistuta, Menotti, Valdano, etc... y sólo aburrirme con la insípida narración alemana, donde hasta José Ramón sería más divertido me doy cuenta de algo que los comunicadores mexicanos han olvidado. Por simple que parezca cuando caminas por cualquiera de las calles de todas las sedes (he estado en algunas y al termino del Mundial estaré en todas) el verdadero fan que viene y gasta para ver un juego de su selección es el porcentaje mínimo.

Así es.


Los aficionados en esta Copa del Mundo se caracterizan por venir a la fiesta, más que ver el juego de las gradas con sus colores. En todas las sedes hay de todas las naciones, y salen con sus playeras el día del partido. Es cierto que ante todas las facilidades del gobierno alemán para beber en donde sea, ha provocado que en su gran mayoría el fanático venga para vivir sólo una enorme fiesta. A veces no ha terminado el partido, o ni siquiera comenzado, cuando ya hay bastantes perdidos en las mieles de la cebada. Esto es: hoy Alemania ha puesto en prueba lo que de ahora en adelante, la mafiosa FIFA pueda hacer en todos sus eventos. Una feria de pantallas y estadios virtuales (como el de Berlín), con bastantes lugares y televisores monumentales para vivir una sensación de un solo pretexto.

Prepárense para todos los que sufrieron por este Mundial los fraudes de boletos, lo difícil que es conseguirlos, por que al parecer este ya es el inicio de una nueva era para el deporte, donde el verdadero boleto sólo será el pretexto de unas buenas vacaciones, de una diversión que ni el "spring break" te lo da, además hecho en todo un país. Prepárense para ver como de nuevo el mundo de los negocios se come poco a poco al fútbol mismo. Hoy amanecí crudo, con dolor de cabeza y con Zizú(Zidane) suspendido de nuevo por los mexicanos. Ah! y con dos coreanas, a lo mejor por eso mi irritación. Los espero en Köln.