Friday, June 30, 2006

Editorial

Editorial
Por:
Alberto Guafarrama.

Amigos aficionados al fútbol, un merecido respiro para entrar de lleno a la etapa decisiva del Mundial, la que espero con un arbitraje que no influya en el resultado, retacada de emociones y magia por doquier, unos Cuartos de Final en los que se dignifique la colectividad y el buen toque de balón, cualidades a priori para degustar un buen banquete futbolero.

Porque el actual Mundial ha sido demasiado predecible, con jugadores robotizados y un genio, con diez albañiles y un arquitecto, la mayoría de los equipos han mostrado mucha labor de talachería.

Y si no se tiene un mago, también se puede mostrar un espectáculo acorde a las expectativas, acaso no recuerdan apenas hace cuatro años a los daneses con sus extremos, Dennis Rommedahl y Jesper Gronkjaer o inclusive a los mismos holandeses de este 2006 con Robben y Van Persie haciendo pasadas por las bandas.

Es el colmo que la centralización del juego inundó a Brasil, con dos ejes de ataque por el centro y ningún desbordante extremo.

En los Cuartos de Final espero una mejor distribución del campo, donde se privilegien las bandas, las paredes, las triangulaciones, la elaboración artesanal de las jugadas.

Menos centros y más tejido, es la consigna para esta ronda del Mundial.