Los Lindos Cantos

Los lindos cantos
Por:
Enrique Beas

Texto publicado en la sección La Pared de El Universal.

Alemania, Munich. En pleno centro, en la Marianplatz.
El sol pegando directo a la cara. Un clima superior a 32° grados. Una manada de brasileñas que mueven sus caderas pareciendo que sus huesos se romperán al siguiente tamborzazo. Decenas de alemanas tratan de imitar el dicotómico baile. A mis espaldas un compatriota, con sombrero revolucionario y mujer vestida de “adelita”, con trenzas negras largas, como nos dice la Buena vida, banda popera española en su canción “Actor Mejicano”. No se sabía el verdadero nombre de Pancho Villa (Doroteo Arango).

Pido una cerveza Dunkel oscura y un español me dice que este será su mundial (siempre oigo lo mismo), habrá que citarle la canción de La Habitación Roja donde recalca el mejor lema de los peninsulares, criollos y mestizos: “Nunca ganaremos el mundial”. Al sentir que el hambre apretaba después de las mejores cebadas líquidas que he probado en mi vida, tomo la decisión de gastarme lo que pagaría por un McTrio y opto por la tradicional salchicha blanca germana. Al pedirla, unas mujeres frondosas, de pechos grandes, pelo amarillo, vestidos largos de molinera y suecos enormes cantaban la Marcha de los santos. Estaban siendo cortejadas por una raza similar, de grotescos modales, cascos con cuernos enormes y todos de ojos claros. Cantan en inglés y alemán la canción de moda “Fussball it´s coming now”.
¿y qué pensarán ellos de nosotros, los mexicanos, al brincar con una chica en nuestra pierna y quebrando su cuerpo al bailar con la banda del Recodo? Es mi primera experiencia mundialista. Más de un mes en las tierras donde las batallas medievales con escudos y las evolucionan en contiendas deportivas de futbol.
Creo que las italianas son las chicas más guapas de las 32 culturas que se dieron cita en Alemania. Pero Shakira y Juanes estarán en la final, serán el máximo y único referente latino que pisará Berlín, algo que solo demuestra que los europeos siguen enamorados de la fiesta latina y los latinos seguimos enamorados de su nivel de vida europeo.

A través de una pelota, cantas. A través de unos colores, bailas. A través de un gol, lloras. A través de un partido de futbol, festejas en el máximo ritual posmoderno. Ni una convocatoria política, religiosa o artística tiene el aforo de este sencillo descubrimiento británico. Todos nos entendemos como patriotas y representamos nuestros símbolos musicales, nuestras tradiciones y costumbres en un solo mes, que mañana termina. Ahí los cantos serán eternos, por que el recuerdo de lo vivido quedará impregnado en una nueva estrofa que le dé a los triunfadores cuatro años de felicidad absoluta.

No importa el lugar, sino el coro inventado al momento (“…Argentina va a probar el chile nacional…”). Jamás había entendido por que con orgullo cobijamos el “Cielito lindo”, nunca había captado de quién era el lunar a lado de su boca, hasta que en Gelsenkirchen, en un domo que juro era impresionante; con más de 30 mil voces guadalupanas, sabía que la alegría estaba en el canto, ya que después del resultado llorar no es bueno y que al regresar a mis tierras ese lunar seguiría siendo mío. Así se vive el futbol con música. Con africanos tocando puros tambores. Con europeos ajustando los vientos con sus flautas. Con asiáticos y sus dragones milenarios que cantan a silbidos. Con oceánicos más ingleses que los irlandeses. Con argentinos bravucones como su tango, ese que muerde hasta el final a los alemanes. Y nosotros, los verdes siempre con su cielito, por que el día que lo canté por primera vez, fue lo más lindo.

Enrique Beas, conduce La Barra en Ibero 90.9. vonbeas@gmail.com y http://labarra909.blogspot.com